“Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad” (Diego Luis Córdoba)
Seguimos donde lo dejamos, con los errores que cometemos con los hijos pero sabemos sin dudar que la tertulia tomará el camino que quiera, sin presión, con decisión y con fuerza por decir y expresar lo que sentimos.
Surge y nos encanta el tema de si hay que motivar o no a los hijos, si hay que exigir o apretar un poco en las decisiones vocacionales, y creemos de una forma u otra que hay que empujar a veces, acompañar otras y observar desde la distancia en algunos momentos.
Coincidimos en que debemos respetar la personalidad, el ritmo y la vocación de nuestros hijos e hijas, ya que no son propiedad nuestra, son personas que deberán tomar sus propias elecciones de vida, son los únicos protagonistas de su futuro. Aunque a las familias nos cueste aceptar y queramos redirigir sus vidas, ellos decidirán su propio camino y ahí estaremos nosotros para ayudarles, apoyarles y darles todo el respeto, cariño y amor que necesitan para tomar decisiones, para equivocarse, para fracasar y para triunfar. Los padres somos sin lugar a dudas un pilar fundamental en el proyecto de sus vidas.
Echando la vista atrás y haciendo una valoración
Desde las primeras ideotertulias, hemos llegado a la conclusión que es un espacio precioso donde poder compartir, emocionarse y dejar fluir nuestros sentimientos sin prejuicios, sin miedos y notar que hay un gran respeto por todos los que formamos esta gran familia de tertulianos, un espacio que une, siente, emociona, aporta alegría y fomenta en cada sesión la implicación de las familias, la ocupación por la educación de nuestros hijos y lo más importante de todo, la pasión que ponemos en cada una de nuestras palabras. Un espacio enriquecedor, activo y maravilloso, donde esperamos poder compartir muchísimas tertulias más, desde lo más dulce de nuestro corazón y lo más profundo de nuestras almas.
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